00. Wailing Snow.
CHAPTER O.
WAILING SNOW.
Los seres humanos son criaturas frágiles. Su piel se abre fácilmente si se aplica demasiada presión. Sus huesos se rompen si se doblan demasiado. Es risible; sin embargo, lo más frágil de la especie humana es su mente, su corazón, sus emociones.
Un suceso traumático hace que el cerebro humano cambie. El amor hace que se tomen decisiones tontas. El odio genera daños lamentables. Envidia, lujuria, codicia, pereza, glotonería y soberbia. Son todas debilidades humanas.
Esa era la razón de su destino.
Él nunca había sentido tanto dolor. A pesar de que su vida en sí había sido nada menos que patética y solitaria, Hector jamás había deseado morir hasta ahora. Su cuerpo se había convertido en una prisión llena de sufrimiento de la que no podía escapar, y quería arrancarse la piel y gritar.
Sentía asco de sí mismo. Siempre a la deriva, constantemente un peón de las circunstancias, nunca libre. Solía ser nada, un hombre acosado por su habilidad de traer almas dentro de los cuerpos marchitos; luego apareció Drácula, y supo que a pesar de lo buen hablador que era, él no podía decir que no a su invitación.
¿Cómo podría Hector, un simple humano, rechazar la solicitud del vampiro al que la humanidad temía desde antes de su nacimiento? Habría muerto, sin duda.
Incluso cuando notó los efímeros destellos de mentiras (o verdades omitidas) dentro de los propósitos reales de su señor, como general de su corte, que residía dentro de las paredes de su castillo, era aún más arriesgado negarse a sus planes estando rodeado de vampiros fuertes y leales.
Naturalmente, lo ignoró. Después de todo, entre sus objetivos estaba sobrevivir, vivir cómodamente, seguido de sus mascotas vivieran también cómodamente. Siendo así, aunque eliminar a toda la población del mundo no era su plan electo, continuó con su labor, ya que, para todos los efectos prácticos, era lo más razonable.
Entonces apareció Carmilla.
Sabía desde la primera vez que abrió la boca con palabras dirigidas a él que la mujer estaba tratando de ponerlo en contra de Drácula y se esforzó por ser neutral. Era, a fin de cuentas, una adversaria a tener en cuenta, dado que escondía sus propios motivos para obrar. Pero Drácula tuvo que volverse más inestable.
Jodidamente loco.
Alguien que va a matar a todos los humanos no tendría ningún uso para él cuando su plan se completara. Alguien que no está en sus cinco sentidos habría podido deshacerse de él en cualquier momento. Alguien tan perdido en su llanto como Drácula, podría haber dejado que el imbécil de Godbrand lo despedazara en mil pedazos sin dejar un solo bocado.
Pensó, dentro de su revuelto cerebro, que Carmilla podía ser quizá la mejor opción a seguir dentro del juego que estaba llevándose a cabo. Incluso si le parecía desagradable, Drácula era la amenaza más probable en su camino. Y él la eligió. Lo cual, en retrospectiva, fue quizá su mayor error.
Avanzaron a través de lo que podría haber sido la noche más larga en la memoria de Hector antes de que ella ordenara la primera parada ante la inevitable amenaza del sol. Los soldados levantaron el campamento para protegerse del día. Y eso solo se repitió de forma constante, hasta que finalmente perdió la cuenta del tiempo y la sangre perdida en el camino.
Herido era la palabra equivocada para referirse a su estado. Él estaba, bajo todas las implicaciones de la palabra misma, destrozado. Cada paso que daba en la nieve helada le dolía hasta la médula. Cada respiración que tomaba lo llenaba de una ventisca que quemaba, y su ropa hacía poco para contener el ardor del viento en su piel. La suela de sus zapatos se había desgastado por completo las primeras noches y le preocupaba pensar cuanto más podría aguantar en este trayecto ártico antes de perder los dedos de los pies.
La hipotermia, por extraño que sonara, se había convertido en un anhelo recurrente dentro de las pocas horas que tenía para reponerse en un descanso que se sentía como minutos. Cada vez que se detenía, Carmilla tiraría de la cadena en su cuello, obligándolo cruelmente a seguirla.
"Vamos, cachorrito", bromearía, tensando su agarre y magullando la piel reseca hasta arrancarle gruesas lágrimas de impotencia.
La humillación zumbaba en sus venas con cada aliento y su estómago ardía por lo vacío que estaba. Desde que huyeron de Braila, solo parar unos segundos fue suficiente para hacerlo sentir agradecido.
Mientras se derrumbaba de rodillas en la nieve, jadeando por el esfuerzo, no pudo evitar preguntarse: «¿Cuánto más puedo soportar?» «¿Cuánto más durará?». Hector recordó que se le había ocurrido, hace unas pocas lunas, mientras su propia orina le congelaba las bolas, que tal vez ya había muerto. Su mente rebotaba así. Recuerdos de su época como maestro forjador de Drácula. Su infancia, inclusive. Viviendo por su cuenta. Todos los errores que había cometido.
Ciertamente, alguien como él no tocaría el cielo ni siquiera estirando los dedos.
Había perdido todo lo que llegó a poseer.
El agotamiento en algún punto se apoderó de él, y solo se dio cuenta de que se había quedado dormido cuando un guardia lo pateó. En el momento en que su rostro magullado golpeó el suelo, gimió y se acurrucó sobre sí mismo. El movimiento sacudió sus pies tan pronto como el resto de él se despertó, y la oleada de dolor fresco por todas partes lo hizo gritar. Claramente, el pequeño descanso no había hecho mella en la hinchazón de sus pies.
"Casi llegas, dulce cachorro", Carmilla alentó, enseñando los filosos colmillos en su dirección. "¡Estoy segura de que se sorprenderán contigo! Luces adorablemente nauseabundo."
Mientras la de cabello albino seguía parloteando, verdaderamente de buen humor por primera vez en días, Hector tragó la bilis que subía por su garganta. Aunque una vez la vislumbró agraciada y hermosa, ahora no podía soportar su contacto. Mientras miraba sus ojos azules chispeantes, uno de los suyos estaba cerrado y probablemente morado luego de haber sido golpeado.
Con sus uñas rojas clavándose en su rostro dejando marcas y girándolo en todas direcciones, la mente del maestro forjador procesó las palabras dichas — «Casi llegas.»
Él no creía que Carmilla estuviera decidida a guiar a un ejército por cientos de kilómetros, disminuyendo drásticamente sus números, por nada. Al menos, eso esperaba. Ella era una estratega.
Aunque su viaje pronto acabaría, temía profundamente lo que podría esperarle al llegar a su hogar. Peor aún, le aterrorizaba la idea de conocer a aquellas que hacía llamar sus hermanas. La peor de las torturas podría estar llegando y él todavía se permitía tener esperanza de sentirse cálido.
«¿Podría ser más estúpido...? Debería estar muerto».
No tenía ninguna garantía de que Carmilla no le haría algo mientras dormía bajo su techo, o que no enviaría más guardias para atacarlo o molestarlo. Pero había poco más que hacer, aparte de cerrar los ojos y esperar a que un maldito milagro ocurriera.
Y él suplicaría con todas sus fuerzas a un Dios en el que ya no creía por ello si eso podía salvarlo.
AUTOR's NOTE:
Les juro q yo no tenía contemplada esta parte en un inicio, pero sentí que era necesario ahondar un poco en los pensamientos de Hector para establecer las bases de quién creo que es más allá de «un niño ignorante». Además, quería escribir un poco sobre su camino a Styria y los horrores a los que se vio sometido por Carmilla; aunque admito que salió mucho más suave de lo que inicialmente había pensado, no tengo corazón para hacerlo sufrir más.
Por otro lado, estoy confiando para la escritura principalmente en el anime, pero la narración también incluirá algunas suposiciones propias, como el hecho de que inevitablemente en el ejército de Styria debe tener algunos humanos y/o magos dentro de sus filas, ya que es imposible que emprendan un viaje tan arriesgado sin ningún tipo de vigilancia diurna (considerando que, canónicamente, hay magos, cartógrafos, y personas con otras habilidades valiosas dentro de la corte de Carmilla).
Tengan en cuenta que este escrito es bastante corto, pero solo está destinado a hacer el trabajo del preludio inicial para todo lo que es Sanctified Umbras. En tanto a los capítulos, tengo la esperanza de que sean considerablemente más largos para que puedan disfrutarlos. Espero que les guste y no olviden votar y comentar!!! <3
...FROM, TINA.
🦇💜🗡️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro